Un anticuario pinochetista y nerudiano que se resiste a vender sus colecciones, su mujer que quizás lo quiso, su hijo que lo cuenta todo. Un niño amigo de los viejos, la incomodidad de la adolescencia, Valparaíso negándose a ser postal turística, un hombre que solo habla con su amiga mientras ella duerme.
Eso es Colección particular, la primera novela del joven editor Gonzalo Eltesch, en la que los fragmentos de la vida son los cimientos de una traición entre real e imaginada. La memoria es injusta, piensa el narrador de Colección particular, que entonces decide llevar el juego hasta el extremo, contando con que, con el tiempo y la imaginación, no sabemos qué olvidamos y qué inventamos.
 
El modo neutro en que Gonzalo Eltesch ha elaborado este relato no está exento de ferocidad. El narrador está todo el tiempo revisando, reconstituyendo los hechos de la vida pasada para sacar a luz, en un giro que no altera el tono atenuado de sus palabras, verdades dolorosas e incómodas. Esta es a la vez la historia de una familia y la historia de un hombre solitario, contada con un extraño vibrato de objetividad retrospectiva.
Roberto Merino