En las bulliciosas calles de Santiasco, una metrópolis como cualquier otra, Cóndor se erige como un testamento al hedonismo y la rabia. Este hombre de mediana edad, a pesar de su aparente pesimismo, encarna un idealismo que lo ha llevado a vivir según sus propios valores, desafiando las normas establecidas. Sin embargo, estos principios se contraponen, cuando es testigo de la violenta muerte de su amigo, un suceso que desata una profunda reflexión sobre su existencia.
Dentro de las páginas de esta novela, nos sumergimos en la mente de Cóndor, un individuo que desafía cada una de las directrices sociales consideradas correctas. A través de su experiencia, la autora explora temas universales como los afectos, las conductas, las relaciones y el movimiento cultural al que pertenece: el Punk. A pesar de sus transgresiones, Cóndor se revela como un ser amable que, de alguna manera, se mantiene fiel a sí mismo.