Para Pascua de Negros del 2003, en las calles de la ciudad de Arica ¡retumbó el tumbe carnaval! con la primera comparsa de la ONG Oro Negro, que vino a despertar una presencia negada en Chile: los afrodescendientes. La colectividad, recientemente conformada, había decidido revivir este baile y recrear una comparsa para apoyar su proceso político. Pero este hecho fue más que una reivindicación abstracta, fue una experiencia concreta de ser y expresar la afrodescendencia. Y caló en los corazones y trazó un camino (desde el sentir-danzar-sonorizar) para que muchas personas se autorreconocieran como afrodescendientes. ¿Cómo fue ese proceso creativo? ¿Qué lo hizo tan determinante para muchos? ¿Cuáles son los elementos sensibles, como performance, que abrieron un universo diferenciado para consolidar una presencia afrodescendiente? Esta etnografía busca responder estas y otras interrogantes desde la perspectiva de la antropología musical y performance, poniendo de relieve el modo en que la comunidad esgrime una narrativa de su memoria desde otra ribera, la creativa. El tumbe carnaval demuestra cuán relevante es sentir(se) para poder pensar(se) y desde ahí producir un cambio de sentido en la vida de una comunidad.